Cuando estamos inmersos en una dinámica de satisfacer todo el rato al otro por miedo al abandono, podemos empezar por lo más fácil y sutil para solucionarlo: aprender a decir que no y comunicar nuestras necesidades.
Cuando estamos inmersos en una dinámica de satisfacer todo el rato al otro por miedo al abandono, podemos empezar por lo más fácil y sutil para solucionarlo: aprender a decir que no y comunicar nuestras necesidades.