Al finalizar un vínculo de pareja o de amistad pueden darse las condiciones para continuar una relación sana, aunque no siempre se sienta así en ambas partes. Si no somos quienes hemos decidido terminar, va a dolernos que la otra persona se vaya, pero más duele el hecho de darnos cuenta que estábamos aferrados a una idea; por ejemplo, la idea de “estar juntos para siempre”, y con la ruptura nos estamos enterando que no lo vamos a poder cumplir.

Del otro lado, tenemos a la persona que ha comunicado el fin de la relación y quien ya ha comenzado a elaborar su duelo, se ha ido despidiendo de a poco, y ahora lo está dejando saber, está en los pasos finales del proceso. Pero, en toda ruptura, ambas partes se encuentran en etapas distintas: uno ya está finalizando y el otro recién está comenzando a asimilarlo. Por eso, es tan complejo mantener la comunicación, por lo menos al principio de un quiebre.

Y es esa visión errada que tenemos de los finales la que ha contribuido a que nos cueste tanto transitarlos. Deberíamos saber entender que las dos partes decidieron reconocer que el vínculo estaba terminado, pero también comprender que los tiempos para transitar ese final son diferentes. A veces, evitamos los finales como si fuera lo peor, cuando podría ser lo mejor que le puede pasar a las personas involucradas.

Es importante que aprendamos a estar en paz para retirarnos. Los vínculos no se terminan porque nos alejamos físicamente, sino cuando logramos estar en paz con esa persona, con lo que ha pasado; con la situación que nos intranquiliza. Y eso, toma su tiempo.

Lo que debes saber para cerrar vínculos de manera clara y amable

En el caso que seamos la parte que dio el primer paso, la que está cortando el vínculo, puede que estemos un poco más listos para el final, por lo tanto, se nos va a facilitar. Necesitamos expresar con claridad que nos vamos y comunicar por qué hemos decidido terminarlo. La otra persona tiene el derecho de conocer las razones, no significa que las vaya a aceptar o asimilar, pero necesitamos darlo a conocer.

Entonces, consideremos lo siguiente:

  • Hacerlo saber: es el elemento fundamental para el cierre de una relación. Ser claros y precisos, lo que no quiere decir hacer responsable al otro.
  • Saber dar la cara: propiciemos un encuentro en persona y no dejemos la comunicación a través de canales que resultan impersonales.
  • Disculparse por los errores: incluso por lo que estamos haciendo, reconociendo que lo hicimos de la manera que pudimos en cada momento.
  • No hagamos la herida más grande: en nuestra comunicación con el otro, evitemos frases como “yo sé lo que sientes”, “me duele tanto como a ti”. Así evitaremos que la otra persona piense que su sentir está siendo invalidado o disminuido.

¿Te gustaría profundizar en este tema para seguir aprendiendo sobre relaciones? Te invito a seguir profundizando y apostando por ti en nuestra Comunidad, donde encontrarás una serie de lecciones, clases, meditaciones y muchas más herramientas disponibles. Se trata de un espacio de membresía que he creado para apoyarte a conectar contigo mismo, con el fin de que descubras, de manera consciente e intencionada, tu propósito de vida y puedas vivir en un estado de bienestar integral. Puedes suscribirte a la Comunidad aquí.