Cuando miro hacia atrás, suelo revisar si lo que hice y todavía me da vueltas en la mente, fue lo mejor que pude hacer. La respuesta más clara que encontré es: en ese momento sí. Hoy lo haría diferente y por eso es por lo que me pesa o me molesta al mirar hacia atrás. Pero es una injusticia contra nosotros mismos juzgarnos por el pasado (e igualmente lo es si lo hacemos con otras personas, pero de ese tema hablaremos otro día).
No puedo dejar de revisar el pasado, no lo he logrado, pero he aprendido que lo que no me gustó, hoy lo puedo hacer de otra manera. Y es muy poderoso ese momento en que dejamos de insistir en que podría haber sido distinto para hacerlo distinto ahora. Recuperamos energía, ganamos libertad y tomamos más conciencia.
Tomar responsabilidad por nuestras acciones también incluye ser piadosos. No podemos buscar errores para caer en el juego de la culpa que lleva directo al castigo.
Estoy seguro de que no siempre pude hacer las cosas bien, pero me alienta saber que puedo hacerlas mejor. Y elijo mirar hacia adelante.
Julio.
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