Generalmente queremos perdonar porque ya no aguantamos más el dolor que nos produce nuestro propio juicio hacia la otra persona. A menudo perdonar no tiene mucho que ver con lo que ha sucedido, con lo que nos han hecho, sino con dejar de sostener esas expectativas que teníamos acerca de lo que debió pasar o de cómo debe ser el otro.
Para poder ver este contenido debes tener una suscripción activa a la Comunidad. Te invitamos a Iniciar sesión AQUÍ para ingresar.