Es usual que siempre estemos inconformes, incluso nuestra cultura y el mercado apoya la idea de que nos falta algo o que debemos cambiarlo.
Esa dinámica de automaltrato es la que no nos deja estar en paz con nosotros mismos. El primer trabajo es entender que no queremos estar ahí y segundo, reconocer que nosotros tenemos que valorarnos.
Un mundo donde las personas nos tratemos bien, será un mundo más en paz con nosotros, con mayor autovaloración, autocuidado y autoagradecimiento.