Lecciones Diarias

Estar atento a la violencia silenciosa que habita en nosotros: atacando con juicios, penalizando o manipulando para cumplir nuestro cometido. Y elegir una mejor manera de conectarnos con los demás.

Animarme a ver más allá de lo que mis ojos me muestran y mis juicios determinan. Recordar que todos encarnamos el alma y que su visión va más allá de toda diferencia.

Tener presente que cada persona con la que comparto mi energía, me brinda la posibilidad de dar o recibir amor.

Revisar mis expectativas sobre alguna situación en particular, para no encerrarme en ellas y permitir que la vida me sorprenda con lo inesperado y lo abundante.

Escuchar lo que mi ego tiene para decir ante cada situación, pero reconocer que esa no es mi voz, sino la de mis miedos. Y quitar la atención de lo que no es verdad.

Permitir que mi generosidad cobre fuerzas, sumándome a lo que el día me presente como posibilidad para ayudar a otros. Observar mis resistencias y excusas para dejar que el amor me impulse.

Recordar que somos mucho más de lo que nos sucede. Que lo que nos pasa, pasa… pero nuestra esencia no está comprometida. Vivir el día con la certeza de quien realmente somos.