La mayoría de las veces, lo que esconde el fracaso de un proyecto personal o profesional, es la vergüenza por la pérdida de la imagen que queríamos dar con respecto a eso, lo que queríamos demostrar y no pudimos. ¿Cómo podríamos evitar que nos duela? Aceptándolo como parte del proceso para lograr lo que sentimos propio, y como una invitación a mirar la vida desde un lugar más amplio.
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