Lecciones Diarias

Escuchar lo que mi ego tiene para decir ante cada situación, pero reconocer que esa no es mi voz, sino la de mis miedos. Y quitar mi atención de lo que no es verdad.

Aceptar la vulnerabilidad. Sentir las emociones que se presentan, especialmente las que evito por miedo a debilitarme. Y transformar esos momentos en fortaleza interior.

Hacer lo que puedo hacer hoy, con los recursos que tengo. Todo se manifiesta en procesos y el paso que podamos dar nos acercará a la conclusión.

Abrirme a recibir con comodidad lo que los demás me ofrecen. Observar mis miedos y especulaciones para que no limiten mi merecimiento.

Ser reverentes ante la vida aceptando lo que se presenta tal como se presenta. Y, si es necesario, en paz, tomar una nueva decisión.

Cada vez que rechace, detenerme y buscar una actitud integradora. Lo que rechazamos para tratar de alejarlo, nos ata. Lo que aceptamos e integramos, nos da libertad de elegir cómo queremos vivirlo.

Recordar que lo que nos queda, al final del día, es lo que hemos sentido. Cuidemos las emociones propias y contribuyamos a crear experiencias amorosas memorables para quienes comparten el día con nosotros.