Lecciones Diarias

Estar atento a mis críticas a los demás y revisar lo que aún es mío en cada espejo donde me veo. Lo que me enoja, es un reflejo de un trabajo pendiente.

Revisar las expectativas en relación a lo que me enoja o angustia. Es en ellas, y no en lo que sucede, donde se nutre el dolor. Volver a elegir una manera más libre de ver lo que sucede.

Prestar atención a mis dudas. En ellas no hay error, sino una oportunidad de revisar lo que consideramos correcto. Abrirme a nuevas ideas.

Acentuar el valor de los pequeños pasos y las acciones silenciosas. No es en lo que hago sino en la intención que nos mueve donde reside el efecto poderoso de una acción. Actuemos con convencimiento, aunque lo que hagamos sea discreto y pequeño.

Unir mi fortaleza a mi dulzura. Podemos ser fuertes y contundentes con amor. Y esa acción creará resultados expansivos para todos los involucrados.

No involucrarme en lo que siento que no es verdad. Sumar mi energía a lo que sienta verdadero. No atacar ni invertir mi energía en lo que no es.