Antes de responder, reviso si eso que expresaré representa mi verdad.

No espero estar agotado para tomar una pausa. Elijo detenerme como una manera de reconectar conmigo entre tantas distracciones cotidianas.

Apuesto por lo que, de solo pensarlo, despierta una sonrisa en mí.

Reviso si un deseo que me mueve refleja ansiedad o malestar, para darme cuenta de que es solo un capricho de mi ego.

No escapo a lo que no me hace bien, simplemente no lo elijo en el momento que se presenta.

Antes de tomar un compromiso, revisaré si eso a lo que digo que sí representa mis valores.

Enriqueceré constantemente mi vida eligiendo lo que genera bienestar (…y dejando pasar el resto).