Contrario a lo que pudiéramos creer, un pensamiento negativo no siempre es un “mal pensamiento”. Hay pensamientos que pueden lucir muy bien, pero son pensamientos destructivos, porque nos hacen sentir mal, porque van en contra de nuestros anhelos. Por ejemplo: pensamientos de comparación, un pensamiento victimista o de falta de merecimiento… Cualquier pensamiento que atente contra nuestra vida plena, que no nos sume, puede ser un pensamiento “negativo”.

Ahora bien, lo que vemos por fuera como caótico o preocupante, no es más que la proyección de esos pensamientos negativos. Si tenemos un pensamiento de miedo, lo que veremos será terrible.

¿Y qué pasa cuando sostenemos este tipo de pensamientos? Creemos que esa idea es la verdad, comenzamos a vivir en esa fantasía y bueno, ya sabemos cómo termina la historia cuando vivimos una verdad que no corresponde a la nuestra; vamos perdiendo sabiduría, disfrute y volviéndonos más torpes. Una torpeza que además de que no la reconocemos, hace que todas las experiencias siguientes las vivamos como fracaso o insatisfacción.

Cuando llegue un pensamiento negativo, lo dejaré pasar

Tenemos tendencia a aceptar un pensamiento sin revisar de qué se trata. Si nos diéramos cuenta de que es negativo, seguramente lo dejaríamos pasar. Y es que la mente siempre nos va a inundar de ideas negativas, pero podemos discernir y quedarnos solo con lo que nos haga sentir en paz.

Para empezar a discernir nuestros pensamientos:

  • Tenemos que saber identificarlos: los pensamientos negativos suelen tener mucho peso porque ni siquiera los hemos identificado. A veces, no queremos ni pensar en eso que nos ha perturbado por muchos años, pero una buena manera de empezar a hacerlo sería escribir aquello que nos está quitando la tranquilidad.
  • Animarnos a discernir: cada vez que llegue la emoción, revisar si es por alguno de esos pensamientos. Y, en ese momento, hacernos conscientes de que no lo queremos elegir. La emocionalidad va a seguir insistiendo, pero podemos ganarle.
  • Tratemos de mover la energía para sacarnos de ese pensamiento: tomemos consciencia del entorno donde se genera esa idea para tomar distancia. Hagamos todo lo que está a nuestro alcance para vibrar desde una energía más luminosa.

¿Te gustaría aprender más sobre cómo dejar pasar esos pensamientos que te están haciendo daño?
Te invito a seguir profundizando y apostando por tu bienestar en nuestra Comunidad, donde encontrarás una serie de lecciones, clases, meditaciones y muchas más herramientas disponibles. Se trata de un espacio de membresía que he creado para apoyarte a conectar contigo mismo, con el fin de que descubras, de manera consciente e intencionada, tu propósito de vida y puedas vivir en un estado de bienestar integral. Puedes suscribirte a la Comunidad aquí.