Muchas veces, las pasiones que envuelven nuestro corazón despiertan nuestro inconsciente para revelar algún miedo o vivencia que quedó pendiente. Al seguir un impulso emocional, en el sentido apasionado, muchas veces terminamos vengándonos de una situación del pasado para cumplir con algo que no siempre va a permitir que evolucionemos.
Cuando nos dejamos llevar solo por lo que sentimos, puede ser que eso no esté muy alineado con nuestro destino, y la experiencia a la que nos va a llevar no va a ser controlable, no nos garantiza que podamos descubrir algo nuevo.
Una cosa es lo que aporta la mente, la mente consciente, otra cosa es lo que creemos que nos dice el corazón, que se expresa a través de las emociones, pero estas no son más que la expresión de nuestras ideas. Donde realmente está la información valiosa es en el alma, allí, muy adentro en el pecho está la certeza que necesitamos ante cualquier circunstancia, y se manifiesta con la paz interior. El alma se siente en el pecho, pero las emociones que nos confunden se sienten más claramente en el estómago.
¿Entonces debemos ignorar totalmente lo que dice el corazón? ¡En lo absoluto! Lo que nos queda es incluir la prudencia y el sentido común en todo lo que hagamos, para crear espacios de discernimiento y encontrar un balance entre lo que pensamos y sentimos.
Cómo incluir la prudencia y el sentido común en mis decisiones
No se trata de tomar decisiones perfectas, lo “perfecto” es una idea que viene de la mente, pero sí podemos lograr que todas las experiencias que vamos a vivir sean útiles para nuestro destino y logremos mayor confianza y claridad, incluyendo al alma en nuestras elecciones cotidianas. Para ello podemos:
- Atender lo que ocurre en la mente. La mente nos dice muchas cosas, escuchemos, sobre todo, si se trata de decisiones que están pendientes por tomar.
- Luego, atender lo que dicen las emociones. Visitemos todos los espacios donde haya emoción detrás cada idea que nos ha contado la mente.
- Finalmente, escuchar lo que dice el alma. Animarse a buscar más profundo y encontrar un nivel de discernimiento, que nos lleve a tomar la mejor decisión e incluir aquello que se siente en paz.
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