A propósito de los tiempos que vivimos, con tantos finales de proyectos o “fracasos” que nos generan frustración, hay una palabra que hemos estado usando y puede que ni siquiera seamos conscientes de lo que realmente significa: reinventarse. Algo que tiene que ver con cambiar un proyecto por otro, sin ser conscientes de si realmente eso nos pertenece. Siendo honestos, no tenemos nada más que inventar, mucho menos, reinventar.
Lo que tenemos pendiente en realidad es descubrir: investigar qué es o qué nos está pasando con eso que termina, entender qué significa eso para nosotros. Y esto incluye revisar la idea que tenemos sobre el fracaso.
Creemos que hemos fracasado no por lo que ocurre, sino por las expectativas que no se cumplieron. Es algo inesperado u opuesto a lo que esperábamos, algo que no deja de estar construido desde nuestro punto de vista.
A veces, lo que fracasa no es el proyecto, es la imagen que queríamos dar
Yo diría que la mayoría de las veces que pensamos que fracasamos, en realidad, lo que perdemos es la imagen que queríamos dar con respecto a esa situación. Hubo algo que necesitábamos demostrar y no pudimos.
Para empezar a cambiar esa idea sobre el fracaso, es fundamental sincerarnos con nosotros mismos y preguntarnos:
- ¿Cuál es la imagen de nosotros que se modificó (o que corre el riesgo de cambiar) cuando no ocurrió eso que esperaba?
- ¿Qué es lo vergonzoso o temible de aquello que vemos como un fracaso? Y determinar hasta qué punto eso nos mantiene trabados.
Cómo recuperarse del fracaso de un proyecto
El fracaso no es algo que podamos evitar, es parte del proceso para lograr lo que anhelamos. Todas esas aparentes pérdidas son parte del camino para conseguir eso que sentimos verdadero en nosotros. Cuando algo no se siente bien o produce dolor, nos está avisando que, tal vez, no estamos equivocados en la meta, sino en la forma en la que estamos accionando hacia ella. Es la forma que usa el alma para ahorrarnos tiempo. Y es que aquello que sentimos propio es imposible que no ocurra.
Cuando llegue la idea de fracaso a nosotros, consideremos:
Descubrir qué dependió de nosotros y qué no, para encontrar puntos por aprender y animarnos a hacerlo diferente.
Convivir con eso que no ocurrió dándole la bienvenida. Sepamos adaptarnos y aceptar.
Reciclar el proyecto, con el mismo espíritu, pero probando otras maneras.
Darle tiempo a los proyectos, porque si nos apuramos, quizás, no lo disfrutemos aun cuando tengamos éxito. Darle tiempo a la madurez.
Saber ir más lento y valorar cuando no tenemos lo que anhelamos. Esto nos va a ayudar a valorarlo mejor cuando lo tengamos.
¿Te gustaría profundizar en este tema para seguir aprendiendo y ayudarte a convivir con algún fracaso reciente que hayas experimentado? Te invito a regalarte un tiempo para descubrir en ti lo que todavía no has podido ver, en nuestra Comunidad, donde encontrarás una serie de lecciones, clases, meditaciones y muchos más recursos disponibles. Se trata de un espacio de membresía que he creado para apoyarte a conectar contigo mismo, con el fin de que descubras, de manera consciente e intencionada, tu propósito de vida y puedas vivir en un estado de bienestar integral. Puedes suscribirte a la Comunidad aquí.