Reconocer cuando podemos y queremos dar

No respondo lo que no me preguntan, tampoco doy un paso donde no estoy invitado a pasar. Parte de vivir en orden implica reconocer lo que es mío y lo que es del otro. Mis ganas de ayudar deben coincidir con tus ganas de recibir ayuda y mis respuestas con tus preguntas. Lo mío y lo tuyo deben estar en equilibrio si quiero tener una relación en paz.

Esto lo aprendí con tantos años de compartir este servicio. Mis ganas de guiarte eran mías, y no tenía por qué hacerte cargo a ti de ellas, aun cuando lo que quiero sea lo mejor (y pensar que era lo mejor, seguía siendo mío).

Por eso me cuido de no dar un consejo a quién no me lo pide. Y si lo piden, reconocer que a veces puedo y otras no. Y que aun cuando puedo, a veces simplemente no quiero, no lo siento. Y que eso también está bien. Toda forma de esfuerzo en las relaciones lleva a esperar una compensación.

Y cuando no nos sentimos compensados, ya sea por un “gracias” que nunca llegó o porque hiciste “oídos sordos” de lo que te dije, la frustración aparece.
¿Me lo pidieron?
¿Puedo darlo?
¿Quiero darlo?

Y después de tener claras las respuestas a estas preguntas, lo hago.

Julio.

¡Abrimos un segundo grupo de la Escuela de Inteligencia Espiritual!

Periodo agosto 2021 – junio 2022

Con este programa de formación nos sumergiremos en lo más profundo de nosotros para comprender lo que somos y nos pasa, desde una mirada más amplia que nos permita conectarnos con nuestra sabiduría y acompañar a otros en sus procesos de vida.

Puedes escribir a [email protected] o visitar la página para conocer más.