[vc_row][vc_column][vc_column_text]En Estambul aprendí a negociar caminando por el Gran Bazar, entre esas interminables calles techadas que albergan a miles de vendedores para ofrecer desde joyas a condimentos. Pero, a diferencia de los comercios de occidente, nada tiene un precio determinado, sino el que uno pueda negociar. Al final, terminamos pagando el precio que hemos aceptado. […]
Para poder ver este contenido debes tener una suscripción activa a la Comunidad. Te invitamos a Iniciar sesión AQUÍ para ingresar.