Suelo encontrarme con personas que tratando de hacer un camino espiritual, devoran libros y buscar graduarse en uno y otro método. Pero también veo en algunas de ellas la ausencia de libertad, de paz y, aún más, de alegría, que serían la retribución que quienes hacen el camino espiritual pueden gozar. ¿Qué están haciendo, entonces?
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