Junio es el mes bisagra y tiene la particularidad, así como el fin de año, de llevarnos a reevaluar cómo “lo hemos venido haciendo”. Es el mes que tiende el puente entre el primer semestre del año y su segunda mitad, aunque algunos también lo ven como la transición de las insatisfacciones de lo que no hemos logrado al anhelo de metas por cumplir. A volver a intentar.

Este junio tiene además otra característica: es la mitad del peregrinaje. Pero su mayor singularidad es que pertenece no a un año cualquiera, sino uno que ha sido especialmente dificultoso y que ha puesto a prueba nuestra capacidad de sostenernos en la cuerda floja.

El arte del equilibrismo

Con todo esto que acabo de decirles seguro ahora estarán pensando: entonces, ¿qué podemos hacer para reimpulsar el año? Lo primero es movernos del deseo a la intención, porque todo deseo encierra una agenda de miedo y nos habla de la necesidad de buscar por fuera algo que necesitamos dentro.

Lo segundo es el paso a la acción y para esto les tengo una propuesta concreta: emprender el Camino del Equilibrio, porque en esta etapa aprenderemos que lo importante no es estar siempre en el centro, sino aprender a oscilar de un lado al otro hasta tener la capacidad de desplazarnos.

Me interesa mucho reforzar en todos nosotros la idea de que la perfección no existe y que todos somos equilibristas. De hecho, los anteriores caminos han sido el campo de entrenamiento para cada vez caernos menos o, en todo caso, que las caídas sean menos estrepitosas.

Pasos para ser un equilibrista profesional

¿Cómo puedes lograr una vida en balance? TRABAJANDO EN TI. Y el mapa que les he propuesto antes de pasar a ser unos equilibristas consumados ha sido este:

El Camino del alma → nos entrena para conectar con nuestro verdadero “Yo”, ese que trasciende los cinco sentidos y que nos lleva a cumplir nuestro propósito, independientemente de las circunstancias externas.
Aquí encontrarás algunas pistas para comprender cómo opera el destino.

El Camino de los talentos → nos muestra que todos vinimos al mundo con suficientes capacidades prácticas (dones) de lo que podemos hacer con facilidad (talentos) para garantizar nuestra abundancia.
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El Camino del silencio → nos enseña que el silencio debe ser entendido no como ausencia de sonido, sino como lugar de observación y quietud interna, y que la identificación con nuestra mente es el primer obstáculo para conectar con nuestra alma.
Aquí te dejo algunos tips para entender el miedo

El Camino del cuerpo → nos invita a mirar el cuerpo desde otra perspectiva para comprender su servicio y aliviarlo, de modo que el alma pueda cumplir su tarea. Es solo a través de la densidad del cuerpo que el alma puede cumplir su propósito y por eso es uno de los recursos más valiosos dentro de lo humano.
Para comprender la multidimensionalidad del cuerpo haz clic aquí

El Camino de la respiración → nos demuestra con hechos que cuando empezamos a respirar con consciencia se genera un movimiento energético interno: la voluntad y la fuerza interior aparecen y todo comienza a ordenarse. Por lo tanto, si mejora nuestra respiración nuestra vida integral mejorará.
Si te interesa saber más sobre la respiración consciente, te dejo este artículo

El camino del equilibrio

Este camino está creado para enseñarnos el balance, por eso, parte de su éxito está en haber trabajado en las otras etapas del Peregrinaje, pues han sido el gimnasio para fortalecer el músculo del autoconocimiento. Sin embargo, nos falta aún transitar este camino para poder decir con total orgullo: soy todo un profesional del equilibrio.

¿Qué trabajaremos para conseguir esto?

  • El valor de la sana compensación: un buen equilibrista es el que oscila, por eso es capaz de sostenerse.
  • La diferencia entre discernimiento (viene del alma) y decisión (proviene de la mente).
  • La importancia del deseo como motor para cumplir nuestro más alto propósito.
  • La trascendencia de la tolerancia para integrar lo que es diferente sin querer cambiarlo.
  • La alegría no como una emoción que se siente en el cuerpo sino como un estado del alma.
  • La comprensión del caos desde la toma de decisiones que representan nuestra verdad.
  • El respeto por las decisiones del alma y la toma de responsabilidad sobre cómo el libre albedrío administra.

Y si llegaste hasta aquí…

Solo quiero recordarte una última cosa: no necesitas esforzarte tanto, necesitas apoyarte más en tu certeza. Cada vez que descubras que estás haciendo demasiado detente a preguntarte: ¿quién soy? Si te sientes cansado, drenado, eso ya es suficiente indicio de lo que no eres. Espero que disfrutes de esta etapa y que te sea de un enorme provecho.